Desde julio de 2008, los nuevos símbolos y
los anteriores,
como la conocida cruz de San Andrés, se podían utilizar de manera
indistinta. A partir del 1 de diciembre de 2010, las empresas deben
clasificar, etiquetar y envasar todos sus productos químicos puros
puestos en el mercado con el nuevo sistema. Ahora bien, para las mezclas
(conocidas antes como preparados), el periodo de transición se extiende
hasta enero de 2015. Los nueve símbolos que reemplazan a los siete
anteriores son los siguientes:
Explosivo: este símbolo de una bomba hecha añicos
alerta de que el producto puede explotar al contacto con una llama,
chispa, electricidad estática, bajo efecto del calor, en contacto con
otros productos, por rozamientos, choques, fricción, etc. Los aerosoles
de todo tipo, como lacas o desodorantes, incluso cuando se han acabado,
son explosivos por encima de 50º C.
Inflamable:
el producto comienza a arder de forma muy fácil, incluso por debajo de
0º C, al contacto con una llama, chispa, electricidad estática, etc.),
por calor o fricción, al contacto con el aire o agua, o si se liberan
gases inflamables. El alcohol, el metanol, la trementina y su esencia,
la acetona, los disolventes de pintura, las pinturas en aerosol y
metálicas, los desheladores de cristales, los purificadores de aire,
etc., son inflamables.
Comburente:
a diferencia del pictograma para los productos inflamables, la llama
está encima de un círculo. Se hace esta distinción para avisar de que el
producto es comburente. Son productos ricos en oxígeno que en contacto
con otras sustancias, sobre todo inflamables, pueden provocar, avivar o
agravar un incendio o una explosión. Los disolventes que contienen
peróxidos, como el ácido peracético, son comburentes.
Gas:
el dibujo de la bombona señala que es un envase con gas a presión.
Algunos pueden explotar con el calor, como los gases comprimidos,
licuados o disueltos. Los licuados refrigerados pueden causar quemaduras
o heridas criogénicas, al estar a muy baja temperatura. En la anterior
normativa no había un símbolo para estos productos a presión o
comprimido, tan solo una frase de peligro.
Corrosivo:
el producto puede atacar o destruir metales y causar daños
irreversibles a la piel, ojos u otros tejidos vivos, en caso de contacto
o proyección.
Toxicidad aguda:
la calavera y las dos tibias cruzadas advierten de que el producto
genera efectos adversos para la salud, incluso en pequeñas dosis, y con
consecuencias inmediatas. Al entrar en contacto con el mismo se pueden
sentir náuseas, vómitos, dolores de cabeza, pérdida de conocimiento. En
un caso extremo, puede causar la muerte.
Irritación cutánea:
el signo de exclamación es una advertencia de los efectos adversos que
el producto puede provocar en dosis altas. Algunas de estas
consecuencias negativas son irritación en ojos, garganta, nariz y piel,
alergias cutáneas, somnolencia o vértigo.
Peligroso por aspiración:
estos productos pueden llegar al organismo por inhalación y causar
efectos negativos muy diversos, en especial, muy graves a largo plazo.
Pueden provocar efectos cancerígenos, mutágenos (modifican el ADN de las
células y dañan a la persona expuesta o a su descendencia), tóxicos
para la reproducción, causar efectos nefastos en las funciones sexuales,
la fertilidad, provocar la muerte del feto o malformaciones, modificar
el funcionamiento de ciertos órganos, como el hígado, el sistema
nervioso, etc., entrañar graves efectos sobre los pulmones y provocar
alergias respiratorias.
Peligroso para el medio ambiente acuático:
este pictograma con un árbol y un pez indica que el producto provoca
efectos nefastos para los organismos del medio acuático (peces,
crustáceos, algas, otras plantas acuáticas, etc.). La anterior
clasificación consideraba los efectos tóxicos también sobre el medio
terrestre e incluía una frase de riesgo indicativa del peligro del
producto sobre la capa de ozono.
Los nuevos pictogramas de peligro
Agrupa los peligros para la salud más graves a largo plazo, efectos
carcinógenos, mutágenos y tóxicos para la reproducción,
sensibilización respiratoria…
Advertencia de menor intensidad para los casos de toxicidad o lesiones.
Riesgo por ser un envase a presión. No existía un símbolo para
alertar de los riesgos los envases a presión, gas comprimido...: hasta
ahora a los peligros de este tipo únicamente les correspondían frases
de peligro.
Alerta de que es un producto corrosivo, que por contacto destruye la piel u otros tejidos vivos.
Avisa del riesgo de inflamabilidad
Comburente: favorece la inflamabilidad y aviva el fuego.
Este símbolo alerta del riesgo de explosión de la sustancia.
Objetivo: más información
El nuevo reglamento, que se acomoda a la reciente normativa REACH
sobre el registro, evaluación, autorización y restricción de las
sustancias y preparados químicos, tiene consecuencias muy importantes en
la nueva definición y clasificación de los peligros.
Las novedades también se notarán en las frases de precaución y
peligro asociadas. Además, este cambio corresponde a un proceso
armonizado a escala mundial que acabará con la situación actual
contradictoria en la que la misma sustancia puede tener una
consideración de peligrosidad distinta en Europa, Estados Unidos, Asia,
etc…